Tuve un sueño, ¿sabías? Soñé que el mundo se estaba acabando y que todos huían. No sé hacia dónde, pero huían. Padres, hijos, hermanos, todos juntos. Gritaban, lloraban, se ayudaban los unos a los otros, mientras el suelo rugía. Rugía y temblaba. Sólo yo no podía huir. Estaba en esta cama, sintiendo el mundo acabarse afuera, pero sin tener quien me ayudara a levantar. Sin embargo, estaba la luz encendida, como noche tras noche... ¿Te das cuenta de lo que eso significa?

martes, 16 de junio de 2009

Dios mío, no lo van a creer

Por: Maykel Reyes Leyva


Lejos de lo que pueda pensarse, no sólo en el mundo de los militares se ha intentado cubrir el fenómeno ovni con el manto del silencio. Increíble que parezca, también en el mundo científico ha sucedido otro tanto. Veamos algunos ejemplos claros de esto:
El 22 de octubre de 1780, durante un eclipse total de Luna, el astrónomo William Herschel , observó varios puntos redondos y brillantes sobre el disco lunar y sus cercanías. Con posterioridad volvió a observarlos en los años 1783, 1787 y 1821. Algo semejante ocurrió el 7 de agosto de 1869 cuando el profesor Swift, de Matton (Illinois), observó durante un eclipse solar varios objetos cruzando la superficie de la Luna justo veinte minutos antes de la fase total. Los profesores Hines y Zentmayer, en Europa, le comunicaron al LES MONDES de París, haber visto también dichos objetos. Estos avistamientos de no identificados sobre la superficie lunar es un hecho que ha venido repitiéndose reiteradamente desde la invención del telescopio. Este hecho se conoce con las siglas en inglés LTP (Lunar Transient Phenomena ).

El 20 de agosto de 1948, el astrónomo Clyde Tombaugh , estando en compañía de su esposa e hija, vio un ovni. Según su propia declaración: “Distinguí súbitamente en el cenit de seis a ocho rectángulos luminosos, cuyo conjunto formaba una figura rigurosamente rígida. Aquellos rectángulos emitían una violenta luz de color verde, y bien pronto mostraron ser los ventanales de una nave sin alas, ligeramente luminosa”.

El 11 de junio de 1954, el selenógrafo inglés Sir Percy Wilkins , pudo ver desde su avión en Virginia Occidental dos objetos brillantes, ovalados, de bordes muy nítidos, que parecían suspendidos o cerniéndose sobre las cimas de dos masas de cúmulos particularmente imponentes, cuyos lados estaban oscurecidos.

Varios astrónomos barceloneses pudieron contemplar entre los días 14 y 21 de junio de 1959, una sombra elipsoidal desplazándose de Sur a Norte sobre el disco de la Luna. Según los cálculos realizados durante los siete días que duró el avistamiento, el objeto se movía a unos 2000 km/h y debía tener un tamaño aproximado de 35 kilómetros.

Una noche del año 1961, el matemático, astrofísico y doctor en informática Jacques Vallée y otros astrónomos franceses, registraron un ovni del que lograron obtener once coordenadas. El astrónomo a cargo confiscó y borró la cinta magnética en la que se grabó el avistamiento, antes de que la información pudiera ser pasada a la computadora, hecho éste que le demostró a Vallée la real existencia de un complot para silenciar el fenómeno ovni.

El 4 de junio de 1965, el astronauta James McDivitt pudo ver y fotografiar desde la nave Gémini-4, mientras se hallaba orbitando sobre la Tierra, un objeto al que no pudo identificar. En el informe que hizo de los hechos, dejó por escrito: “En ese tiempo vi, como dije, que había algo extraño frente a mí, fuera de la nave, que no pude identificar y nunca podré hacerlo, y no creo que nadie pudiera. Mi compañero Ed White estaba durmiendo. La nave tenía todos sus sistemas de control de vuelo desconectados, así como todo el equipo eléctrico, excepto la radio”.

Ese mismo año, pero el 21 de agosto, los astronautas Gordon Cooper y Charles Conrad, desde la cápsula espacial Gémini-5, fotografiaron al menos tres ovnis en el transcurso de su octava órbita al planeta.


Según Neil Armstrong , los extraterrestres poseen una base en el satélite de la Tierra. Él y Edwin Aldrin aseguran haber visto ovnis en su alunizaje el 21 de julio de 1969, a bordo de la Apolo 11. Otto Binder, entonces empleado de la NASA, refiere en relación con el hecho el siguiente diálogo captado por sus equipos de VHF, entre la nave Apolo y la Tierra:

NASA: ¡Control de la misión llamando a Apolo! ¿Qué pasa ahí?

APOLO 11: Estos bebés son muy grandes, señor. ¡Enormes! ¡Dios mío, no lo van a creer! Les digo que hay otra nave espacial al otro lado del cráter. ¡Están en la Luna, observándonos!

Desde el Centro de OVNIs, en Moscú, Vladimir Asaza ratificó haber escuchado el diálogo y acusó a la NASA por censurar el mismo, así como un filme a color tomado desde el módulo. Maurice Chatelain, ex jefe de Comunicaciones de la NASA, afirmó: “Todos los Apolo y Gémini fueron seguidos por extraterrestres, los astronautas lo informaban al Centro de Control, pero este ordenaba silencio absoluto”.


Pero no sólo los norteamericanos han tenido este tipo de experiencias. Se dice además que los soviéticos habían efectuado misiones espaciales tripuladas y secretas con resultados trágicos, antes y después del lanzamiento de la Vostok I, piloteada por Yuri Gagarin el 12 de abril de 1961, vuelo que es reconocido oficialmente como el primero de la humanidad en la exploración del espacio extraterrestre. Se asegura que el cosmonauta Serenty Shibora desapareció con su cápsula el 12 de febrero de 1959. El 11 de abril de 1961, Vasili Valayen corrió la misma suerte. Otros dos cosmonautas, esta vez un hombre y una mujer, desaparecieron en las mismas circunstancias el 17 de mayo de 1961, después de mantener con el cosmódromo de Baikonur un diálogo donde mencionaban la alteración del curso de la nave y la presencia de algún objeto sorprendente junto a ellos. Este diálogo también fue captado por radioaficionados de Alaska y Hawai. Por otra parte, el cosmonauta Valey Bykovsky tuvo un encuentro con un ovni que persiguió la cápsula en la que viajaba –otra nave Vostok. La Agencia Espacial soviética no hizo comentarios, pero el periódico PRAVDA publicó el incidente.

Como hemos visto, cosmonautas y reconocidos astrónomos también han visto ovnis. Y créanme que estas personalidades son las menos indicadas para confundir el planeta Venus o la caída de meteoros con los no identificados.

El misterio de los Ovni

(Este trabajo pertenece al autor Daniel Solano. Más abajo, aparece un articulo en respuesta a este que presentamos a continuación)

EL MISTERIO DE LOS OVNI

Por Daniel Solano


El 24 de junio de 1947 se desató el denominado fenómeno OVNI. Ese día, el solitario piloto Kenneth Arnold, al volar sobre la Cordillera de las Cascadas, en el estado de Washington, Estados Unidos, divisó nueve objetos brillantes, bautizados por la prensa como platillos voladores.

En abril de 1952, en la base de la USAF Wrigh Patterson, Ohio, sede del Centro de Inteligencia Técnica Aérea (Air Technical Inteligent Center (ATIC), donde se habían realizado los estudios de OVNI Sign (1947) y Grudge (1949), dio inicio el proyecto Libro Azul (1952-1969), a partir de las dos anteriores investigaciones.

El ATIC, especializado en estudios de material aeroespacial, adoptó en 1952 el término UFO (Unidentified Flying Object, objeto volador no identificado). En los años 60, sobre todo en el mundo científico, se puso en boga el concepto Fenómeno Anómalo (FA), debido a que no todo lo avistado es objeto ni vuela, además de implicar posibles fenómenos naturales.

Diversas investigaciones realizadas indican que el 90-95% de los OVNI han sido identificados como globos (meteorológicos, científicos o militares), aviones (espías, supersónicos, robots); lanzamiento de cohetes (militares, científicos, meteorológicos); planetas brillantes (Venus, Júpiter, Saturno); meteoritos (desde pequeños fragmentos de rocas hasta gigantes como el de Tunguska, en 1908); mariposas, pájaros, espejismos, cometas infantiles, periódicos, juguetes, nubes o reentrada de artefactos cósmicos, cinta antirradar, bengalas y rayos (esféricos, relámpagos negros, de rosario). El 5-10% restante no se ha determinado su naturaleza con exactitud debido a la escasez de datos, otros están vinculados a experimentos militares aún secretos.

Tal pudo ser el caso de los OVNI avistados sobre Washington en las noches del 19 al 20 y del 26 al 27 de julio de 1952. Miles de personas vieron los artefactos que, captados además por los radares, resultaron inútilmente perseguidos por aviones-caza. Esta pudo ser una operación secreta de la CIA para estudiar reacciones psicológicas masivas ante la presencia de OVNI, tal vez inspirado en el filme El día que paralizaron la Tierra (1951).

Existen en el mundo unos 20 cosmódromos o polígonos de lanzamientos espaciales, además de numerosas bases coheteriles militares y otras de cohetes-sonda científicos. El más activo cosmódromo es el de Plesetsk, desde donde parten cohetes civiles y militares. El lanzamiento de estos últimos dio lugar a los dos casos OVNI más famosos de la URSS: el fenómeno de Petrozavodk y el de Minsk.

El primero, ocurrido el 20 de septiembre de 1977, fue debido al lanzamiento del satélite militar Cosmos-955; el otro del 30 de enero de 1985, se originó a causa de una prueba secreta de un misil portador nuclear. La versión del hecho, divulgada por la prensa, resultó muy tergiversada.

¿INVISIBLES?

Los UAV (Unmanned Air Vehicle, vehículo aéreo no tripulado) tienen uso científico, civil o militar, este último su empleo prioritario. Movidos por diversos tipos de propulsores (hélices, turborreactor, cohetes) son lanzados desde tierra, buques y aviones, mediante despegue vertical o deslizamiento, y hasta manualmente. Pueden ser recuperados o no (algunos en vuelo) por medio de paracaídas, ruedas, redes, o se autodestruyen tras cumplir su misión. Se emplean en reconocimiento electrónico, fotográfico, ataque e investigaciones. Cuentan con equipo electro óptico, infrarrojos, meteorológicos, cámaras, radares y guía GPS.

Ahora les han otorgado un papel primordial en la cruzada antiterrorista y tienen mucha actividad en Iraq y Afganistán. La actual «crisis iraní» ha sido un ejemplo del empleo de esas tecnologías por parte de Estados Unidos para espiar instalaciones nucleares y militares.

En EE.UU. se designa con una X las naves aeroespaciales experimentales. De algunas tan secretas como las espaciales X-41 y X-42 no se divulgan imágenes. Actualmente, se prueban las naves de combate X-44, X-45, X-46, X-47 y X-50, así como el carguero X-48 y la espacial X-40. La Agencia de Proyectos de investigación avanzados de la defensa, DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) y el Laboratorio de investigaciones de la fuerza aérea, AFRL (Air Force Research Laboratory), constituyen los principales impulsores de esos programas, agrupados bajo el proyecto Perfeccionamiento de la tecnología aérea del futuro FATE (Future Air Technology Enhancements), que pretende dotar a la USAF antes del 2025, de naves robots de combate y de los últimos avances en microelectrónica, inteligencia artificial, guía GPS y tecnología invisible, para mantener la supremacía aeroespacial mundial.

A los OVNI está muy vinculada la oficina de diseños Skun Works (S.W.) de la Lockheed. Su ingeniero jefe, Clarence Kelly Johnson, insistía en haber sido el contacto directo con la CIA y la USAF, lo que le facilitó obtener los contratos para fabricar el U-2 (1955) y el SR-71 (1962).

La S.W. creó los supersónicos D-21 y YF-12, y los invisibles XST (1978), F-117 (1981) y el Dark Star, entre otros que aparentemente no volaron, como el Cl-400 y un dirigible gigante invisible, de unos 300 m de diámetro. Recientemente, laboró en los cazas invisibles F-22 y F-35, serie de aparatos concebidos para el espionaje o ataques furtivos que volaron secretamente durante años, y contribuyen a consolidar el mito OVNI.

PROYECTOS SECRETOS

En julio 8 de 1947, la USAF atribuyó a un globo meteorológico ser el presunto platillo volador capturado el día antes. En 1994 reveló que, en realidad, se trató de un globo del proyecto secreto Mogul, para espiar posibles explosiones nucleares de la URSS. Investigaciones más amplias concluyeron, en 1997, que el mito Roswell pudo originarse en la mezcla de diferentes incidentes, tales como las pruebas de impacto con maniquíes, lanzados en cápsulas a más de 30 000 m de altura, en el marco de los programas Man Hight y Excelsior y diversos accidentes aéreos, incluido el choque de dos B-29 que portaban bombas atómicas.

La Comisión de Energía Atómica estadounidense, como parte de la operación Plumbomb, probó secretamente entre 1957 y 1963, la posibilidad de emplear dirigibles para lanzar bombas nucleares de hasta 74 kilotones. Solo en el 2002 se supo que, antes de 1957, la USAF con su operación Moby Dick, fotografió instalaciones militares de la URSS mediante globos que volaban a cien mil pies de altura, pero con pobres resultados

En el marco de la Iniciativa de Defensa Estratégica IDE, se estudiaron globos gigantes, capaces de portar antimisiles superpotentes. Hoy día, los más avanzados trabajos en el campo de los globos gigantes están altamente clasificados. Algunos les atribuyen la capacidad de camuflarse, adoptando en vuelos nocturnos una apariencia similar al manto de estrellas que los rodea.

El 18 de septiembre de 1947 se creó la CIA. Walter Bedell Smith, su director desde 1950 a 1953, escribió en 1952: Asuntos relacionados con OVNI pueden tener implicaciones para la guerra psicológica, así como para operaciones de Inteligencia. El 4 de abril de 1951 se constituyó el Consejo de Estrategia Psicológica, y en un solo día de agosto de ese año, se lanzaron más de once mil globos de propaganda contra países socialistas europeos. Luego vendrían los proyectos de control mental (1953), los vuelos del U-2 (1955) y SR-71(1962) y las leyendas sobre Roswell (1978). Además, la infiltración de grupos ufológicos que pueden manipularse desde dentro.

En agosto de 1997, la Agencia publicó en Internet, un estudio reconociendo que muchos de los OVNI avistados eran aviones y aparatos espías como el U-2 y el SR-71. Documentos desclasificados en el 2006, revelaron que la CIA espió instalaciones nucleares de países no solo enemigos, sino también neutrales y aliados, empleando satélites y aviones como el U-2.

Aún no hay evidencia fotográfica, fílmica o material que demuestre la visita de extraterrestres a la Tierra. Los más interesados en que los OVNI sean tomados por alienígenas son los negociantes y los servicios secretos. Unos por las ganancias de vender todo tipo de objeto vinculado a extraterrestres, los otros por la cobertura que los OVNI brindan a sus actividades secretas.

Leyendas como las de Roswell y Majestic-12 y los avistamientos, en realidad pudieran ser maquetas telecontroladas. Estados Unidos desarrolló el programa secreto Moon Dust, destinado a recuperar tecnología aeroespacial propia y foránea, lo que pudo originar rumores de capturas de platillos voladores.

Queda mucho por desclasificar no solo en Estados Unidos, también en Rusia, China, Reino Unido, Francia y otras potencias aeroespaciales. Ellos guardan secretos sobre la real naturaleza de los OVNI.

¿EXISTEN LOS OVNI?

. Los OVNI existen. Son una realidad objetiva, desarrollada fuera de la conciencia humana e independientemente de sus deseos.
. El vocablo no es sinónimo de nave extraterrestre. Es clasificado de esta forma cualquier objeto o sujeto de observación, visto en el espacio aéreo o cósmico, imposible de identificar en sus inicios por los observadores, con independencia de que estudios posteriores logren develar su naturaleza.
. Son imposibles de pronosticar en cuanto a origen, lugar, forma, dimensiones, velocidad y cantidad.
. Aún no existe prueba de que alguno de los OVNI tenga que ver con naves extraterrestres. Quienes opinan lo contario, no han aportado nada que lo demuestre científicamente.
. Dada su heterogeneidad, los OVNI no poseen explicación, forma, tamaño, consistencia, duración u origen únicos, cada caso requiere un estudio particular.
. Existe una indisoluble relación entre OVNI, tecnología aeroespacial, fuerzas armadas y servicios secretos.
. Estos engendros son fruto de la actividad humana, natural o la interrelación entre ambas. No se descarta la existencia de civilizaciones extraterrestres, cuyas naves serían clasificadas en caso de ser avistadas.
. En dependencia de la hora del día o la noche, estación del año, condiciones meteorológicas, contaminación, nubosidad y viento, los OVNI resultan multicolores, incontables, caprichosos y hasta ilógicos.
. Si usted no logra identificar un objeto celeste, puede pensar que ha visto alguno. Esto solo puede tener dos causas: natural o artificial. Si es artificial, tendrá, a su vez, dos orígenes: terrestre o extraterrestre. Pero no se llame a engaño, únicamente la ciencia en un futuro no lejano, brindará la respuesta convincente.





OVNIS. ¿POR QUÉ EL MISTERIO?

Por: Maykel Reyes Leyva


El 2 de julio de 1947, durante una fortísima tormenta eléctrica, un ovni se estrelló en Roswell, estado de Nuevo México, Estados Unidos. Los testigos aseguraron que se trataba de un disco volante tripulado por cuatro seres de pequeño tamaño; tres de ellos murieron, el cuarto fue rescatado vivo por los militares de la base aérea perteneciente al Grupo 509 Elite de Bombarderos, quienes además recolectaron los restos de la supuesta nave extraterrestre.

La verdad de lo que sucedió allí nadie la sabe aún, pues en un inicio se dijo que lo estrellado había sido un globo meteorológico, pero en 1994 la USAF confesó que lo sucedido fue la caída de un radar perteneciente a un proyecto secreto denominado Mogul, consistente en la fabricación de una serie de globos para detectar radiaciones nucleares y pruebas atómicas en la URSS.

Este informe dado a conocer constaba de 22 páginas. Salió a la luz gracias al congresista por el estado de Nuevo México Stephen Schiff, quien logró que la USAF rechazara la versión oficial de 1947, revelando la del proyecto Mogul.

Nuevamente en 1997 se intentó poner punto final al debate. Para ello la USAF presentó un documento titulado REPORTE ROSWELL: CASO CERRADO, de 230 páginas. Según la nueva versión, lo caído en Roswell eran aparatos de la Fuerza Aérea con maniquíes que pasaban pruebas de impacto en la tierra y el rescate de pilotos accidentados.

Si observamos con detenimiento nos percataremos de que los libros sobre ovnis publicados dentro y fuera de los EE.UU. entre los años 50, 60 y buena parte de los 70, no mencionan para nada el caso Roswell, lo cual es una prueba de que la versión que mencionaba al globo meteorológico se creyó totalmente. Fue la variedad de versiones en el transcurso del tiempo lo que volvió desconfiadas a las personas.

Durante años, la USAF, la CIA y el FBI han intentado achacar el origen del fenómeno ovni a aviones experimentales, armas secretas o globos meteorológicos. No es lógico que si así fuese, se gastaran miles y miles de dólares en crear comisiones para investigarse a sí mismos, sabiendo de antemano cuál va a ser el resultado. Sólo si no se supiera la verdad o que se quiera desestimar el fenómeno, ese gasto de dinero tendría lógica.

Si echáramos la máquina del tiempo a girar en el sentido inverso a las manecillas del reloj veríamos que las primeras investigaciones se iniciaron a finales de la década del 40. Los primeros hombres que se dedicaron a esta labor se ampararon en una institución que denominaron NICAP (Centro Nacional de Investigaciones de Fenómenos Aéreos), en el cual se agruparon miles de militares altamente calificados, y crearon un informe de 1 465 páginas que nadie se tomó la molestia de leer.

En 1958, el mayor Donald Keyhoe, ex piloto de los marines y fundador del NICAP, le confesó a los medios de información que existía una conspiración gubernamental para ocultar la verdad sobre los ovnis. Keyhoe aseguró que el gobierno poseía pruebas de que los ovnis eran controlados por una inteligencia superior.

Por aquellos años se instituyó también el CUFOS (Centro de Estudios de OVNIS). Y el 30 de septiembre de 1947, el Gobierno de EE.UU. creó el Proyecto Signo -el cual se consideró ultrasecreto desde el principio-, que terminó con la presentación de un informe llamado EVALUACIÓN DE LA SITUACIÓN, donde se concluía que los ovnis eran vehículos interplanetarios. Se despidió prácticamente a todos los que estuvieron involucrados con el Proyecto. Los que permanecieron sabían que si decían que los restos hallados en Roswell eran de extraterrestres, perderían el trabajo y arruinarían sus carreras.

Luego de la “limpieza”, se reanudaron las investigaciones, esta vez con el nombre Proyecto Recelo. Al cabo de 3 años rechazando los relatos de ovnis más increíbles, el Proyecto Recelo fue reorganizado para crear el Proyecto Libro Azul. Hasta 1954, el Proyecto tenía estudiados 10 000 casos de avistamientos, de los cuales 25 fueron declarados inexplicables. Libro Azul fue desmantelado en 1969 y le había costado al gobierno de EE.UU. 2,2 millones de dólares, y a la USAF 300 000 dólares.

En 1953 se creó el Panel Robertson. Una vez más los resultados indicaban que los ovnis no eran de origen extraterrestre. Los creyentes de los ovnis pronto se pusieron a la defensiva, asegurando que algunos miembros de la comisión eran marionetas de la CIA.

En 1966, la USAF crea el Comité Comdom. Durante 2 años la nueva comisión intentó averiguar si los ovnis eran una amenaza real. La credibilidad del Comité queda comprometida cuando 2 de sus integrantes renunciaron abruptamente, alegando que se había prejuzgado la no existencia de los ovnis. Tiempo después se supo que el Dr. E. Comdom, presidente del Comité, no se había dignado a efectuar ni una sola investigación sobre el terreno, ni entrevistó a ninguno de los testigos competentes que figuraban en los cientos de casos. Para 1968 se dio por concluido el asunto de los ovnis como un fenómeno inexistente.

Algunas fuentes aseguran que para diciembre de 1954, la criptocracia o gobierno oculto de los EE.UU. había creado el Grupo Especial 54/12, dirigido por Allan Dulles, director de la CIA y padre de la Guerra Fría. Las fuentes aseguran que a partir de entonces es que la CIA ha venido burlándose del pueblo norteamericano con una sistemática desinformación.

En 1987 se hizo público un documento relacionado con los ovnis y el cual se encontraba firmado por los grandes hombres de la Seguridad Nacional de los años 40. A este documento se le llamó Majestic-12 e intenta demostrar que Truman y sus asesores estaban tan preocupados por los no identificados que llegaron a formar este grupo secreto para ocultar la verdad. Este documento llama a un silencio total respecto a las evidencias que apunten hacia la existencia de seres alienígenas y naves espaciales.

En 1997 el historiador de la CIA Haines publicó un informe donde hacía un recuento de cómo la Agencia ha usado el fenómeno ovni desde 1950 hasta ahora. A este documento se le conoce con el nombre Informe Haines.

Cuando se analizan los hechos comenzamos a vislumbrar que tal vez el gobierno estadounidense sí conoce qué se esconde tras los ovnis. Por ejemplo, el Panel Robertson tenía 4 agentes de la CIA entre sus integrantes, con el propósito de desestimar el fenómeno ovni entre la población. El 22 de abril de 1977, el físico James Mc Donald reveló que la CIA acostumbraba a someter a largos interrogatorios y amenazas a los testigos de ovnis, para que no revelaran lo visto. Mc Donald pereció de un disparo en la cabeza cerca del puente Cañón de Oro, en el desierto de Arizona el día 13 de junio de 1971.

El ufólogo Salvador Freixedo en su libro BIOGRAFÍA DEL FENÓMENO OVNI menciona que en el caso del presunto platillo caído en Aztec en 1948, murieron asesinadas tres de las personas que conocieron del hecho, todas de forma misteriosa. Otros dos fueron acusados de falsos delitos y apresados.

El mayor de la USAF Robert T. Kennedy escribió en una misiva: “El interés de la CIA consiste en qué informes similares a los ovnis pueden ser utilizados como arma sicológica de guerra y añadir confusión en un posible ataque”. Poco después, en 1952, fue asesinado misteriosamente.

El periodista Frank Edwards en su libro PLATILLOS VOLADORES: ASUNTO SERIO, habla de la persecución que sufrió cuando comenzó a expresar, documentos en mano, la actividad de la CIA con los ovnis. Poco tiempo después de publicar su libro falleció a causa de un infarto.

El 20 de abril de 1959 se halló el cuerpo del doctor Morris K. Jessup en el interior de su vehículo, con el motor puesto en marcha, envenenado con monóxido de carbono proveniente del tubo de escape, que había sido conectado hacia el interior del automóvil por medio de una manguera. Este hecho no hubiera trascendido si Jessup no hubiese sido uno de los más documentados científicos sobre ovnis. Antes de morir, Jessup creía que estaba a punto de descubrir la base científica de lo que estaba ocurriendo, por lo que la versión del suicidio es muy insatisfactoria.

El 9 de diciembre de 1989, el brasileño Jeferson Souza, residente en EE.UU., confesó ser un agente de la CIA con el propósito de introducir falsas informaciones en el terreno de la ufología. Meses antes, el norteamericano William Moore, también ufólogo, declaró que desde hacía una década trabajaba para las agencias de inteligencias de su país. Después, el investigador Bruce Maccabee dijo que colaboraba con la CIA y, por si esto fuera poco, la oficial de las Fuerzas Aéreas norteamericanas Simone Méndez hizo otro tanto al confesar que también se subordinaba a la CIA.

Como hemos visto hasta aquí, cuando vamos a los hechos y los estudiamos, nos encontramos con una deliberada insistencia en tergiversar la verdad o de encubrir la realidad. Es por ello que nos preguntamos, si detrás de los avistamientos y los supuestos contactos del tercer tipo no hay nada que indique un origen extraterrestre, entonces, ¿por qué el misterio?

Encuentro cercano en el séptimo arte

Por: Maykel Reyes Leyva


Generalmente lo desconocido despierta temor. El ser humano jamás ha dejado de sentirse una criatura indefensa ante aquello que desconoce por escapar a los límites de su entorno. En el cine los encuentros con seres provenientes de otros mundos han estado marcados por este inevitable terror.

En “El Día que Paralizaron la Tierra” (1951), de Robert Wise, un ser alienígena es enviado al tercer planeta del sistema solar para evitar la hecatombe que la raza humana está a punto de cometer contra el Universo. El mensaje es claro: o cambiamos la insensata política planetaria o seremos suprimidos para siempre.

En la versión norteamericana de “La Guerra de los Mundos” (1953), de George Pal, los marcianos nos invaden con la intención de darnos fin, pero los microbios que hay en el ambiente terminan eliminándolos a ellos.

El carácter aterrador de los contactos del tercer tipo cambia por otros más pacifistas en el famoso filme “Encuentro Cercano” (1977), del director Steven Spielberg. Aquí, luego de algunas intrigas y sorpresas, los seres extraterrestres eligen a un humano para que sirva de embajador en el lejano planeta del cual proceden.

En 1978, el director Philip Kaufman, rodó una espeluznante cinta: “La Invasión de los Muertos Vivientes”. Un misterioso polvo cósmico cae en la Tierra y provoca el surgimiento de unas hermosas flores. Las personas se las llevan a sus casas, pero durante la noche las flores expulsan unos capullos y de estos brotan seres casi idénticos a los que habitan el hogar. Luego, los dobles ocupan el lugar de los originales. Así se inicia una invasión silenciosa.

En “Alien” (1979), de Ridley Scott, la tripulación de un carguero espacial que viaja de regreso a la Tierra, recibe un llamado de auxilio que proviene de otra nave que flota aparentemente abandonada. Un ser monstruoso, ávido de reproducirse se encargará de convertir sus vidas en un infierno.

Algo semejante ocurre en “La Cosa” (1982), de John Carpenter, donde unos científicos hallan un ser extraterrestre congelado en los hielos del Ártico, lo reviven y tienen que enfrentarse a él para salvar sus vidas.

También en 1982 se filmó uno de los filmes más taquilleros de todos los tiempos. Su titulo: “E.T., el Extraterrestre”, otra vez bajo la batuta de Steven Spielberg. Un gracioso ser extraterreno es abandonado accidentalmente por sus coterráneos en el planeta Tierra. Un niño y sus dos hermanos tendrán que hacerse cargo de él hasta que se produzca el rescate.

En “Star-Man” (1984), también de John Carpenter, un alien sufre un accidente y debe adoptar la personalidad de un hombre ya fallecido. La viuda del mismo se verá comprometida a llevar al doble de su esposo hacia el sitio donde una nave vendrá a rescatarlo, pero unos científicos harán todo lo posible por capturarlo vivo o muerto.

En 1985, Ron Howard rodó “Cocoon”. En éste un grupo de ancianos descubrirán una piscina con unos capullos extraterrestres. Luego de bañarse en las limpias aguas del estante todos sus achaques comenzarán a desaparecer misteriosamente, y el interés por lo que se halla en el interior de los capullos los llevará a conocer una dura realidad que se desarrolla a miles de millones de años luz de la Tierra.

En “Enemigo Mío” (1985), de Wolgang Petersen, la civilización humana le ha declarado la guerra a los drac, unos seres hermafroditas que habitan en otro punto de la galaxia. Un hombre y un drac caen por accidente en un planeta desierto y la convivencia los hará comprender lo absurdo de esa guerra.

En el filme argentino “Hombre Mirando al Sudeste” (1986), del director Eliseo Subiela, un hombre interplanetario visita nuestro mundo, pero al revelar su identidad es tomado por un loco, ingresado en una clínica siquiátrica y eliminado gracias a las medicinas que se le suministraban.

En “Howard, el Superhéroe” (1986) el director Willard Huyck nos cuenta las aventuras de un pato extraterrestre que cae por error en nuestro planeta. El pato habla, viste ropas, tiene un divertido sentido del humor, pero carece de la facultad de volar. De repente se ve envuelto en la necesidad de atrapar a un científico que se ha empeñado en destruir a la Humanidad.

Un año después, en 1987, el director John McTiernan filmó “Depredador”, donde un cazador proveniente de otro mundo se encargará de dar caza a varios ejemplares humanos por simple diversión.

En el excelente filme “Abismo” (1989), de James Cameron, un grupo de científicos norteamericanos que trabajan en el fondo del oceáno descubren una civilización de seres altamente desarrollados, viviendo en las profundidades. El contacto amistoso entre ambas partes se verá en peligro a causa de unos agentes infiltrados que tienen órdenes precisas de no dejar a nadie con vida para salvar así unas potentes armas nucleares que se encuentran en el interior del submarino.

En el año 1993 se filmó la cinta “Fuego en el Cielo”, del director Robert Lieberman. Aquí un muchacho es secuestrado por un platillo volador mientras los jóvenes que lo acompañan y de haber escondido el cadáver. Días después el muchacho reaparece desnudo y medio enloquecido y a pesar de las evidencias, la historia de la abducción es puesta en duda.

En “Especies” (1995), de Roger Donaldson, la NASA recibe una información extraterrestre que, al ser descodificada, resulta que es un método eficaz para mezclar los ADN humanos con los de los aliens. De ese experimento surge una hermosa chica rubia que luego de escaparse hará todo lo posible por reproducirse, convirtiéndose en un peligro para la Humanidad.

En “El Día de la Independencia” (1996), de Roland Emmerich, los seres alienígenas vuelven a la carga y todos los países deben unirse para enfrentarse a la invasión.

En la parodia del género “Hombres en Negro” (1997), de Barry Sonnenfield, unos E.Ts que habitan el planeta Tierra rompen las reglas de seguridad establecidas y dos agentes secretos tendrán que darles captura sin llamar la atención de la población.

En la popular cinta “Expedientes X” (1998), de Rob Bowman, unos hombres descubren bajo tierra el cadáver de un extraterreno, sin embargo, el gobierno estadounidense hará todo lo que esté en sus manos para negar la información.

De este modo, el séptimo arte ha mostrado distintos puntos de vista sobre un mismo tema. Mientras tanto, en la vida real, todo parece indicar que los deseados encuentros del tercer tipo demorarán un poco en llegar. ¡Qué lástima...!

Platillos voladores nazis: El mundo oculto de los No Identificados

Por: Maykel Reyes Leyva


Desde 1947, cuando Kenneth Arnold aseguró ver nueve extraños discos que volaban a una velocidad supersónica y luego, unos meses después, cuando un supuesto platillo extraterrestre se estrelló en Roswell, causando la muerte de sus tripulantes, el mundo ovni no ha tenido un día de descanso. Las oleadas se precipitaron sobre la historia de la ufología.

Fue Ted Bloecher el autor del término Oleada para referirse a la cantidad de avistamientos a escala mundial. La primera vez que se usó fue en su libro: “Informe Sobre la Oleada OVNI en 1947”, publicado veinte años después y donde se recogían 800 casos acaecidos en los Estados Unidos que no habían trascendido a la prensa local.

En algunas tablillas, papiros y leyendas, se habla de objetos volantes que surcaban los cielos escapando a toda lógica. También durante la II Guerra Mundial, se recibieron varios reportes sobre objetos volantes que parecían tripulados, pero se ignoraba por quién. Otras personas aseguraban haber sido secuestradas temporalmente por seres alienígenas y transportados a extraños vehículos aéreos que los humanos no han podido igualar. Pero el mundo ovni tiene un lado que la mayoría de las personas desconoce.

En la primera mitad del siglo XX un grupo de países intentaban liderear el desarrollo aeronáutico. Entre ellos estaban los Estados Unidos, Gran Bretaña, la URSS, Francia e Italia, sin olvidarnos de Alemania. Fue precisamente este país el que alcanzó los mayores avances aerocoheteriles durante la inolvidable II Guerra Mundial.

Se dice que al final del conflicto los nazis estaban trabajando en algunos proyectos bélicos, que en ocasiones eran llevados prematuramente a las batallas sacando a relucir innumerables defectos. De cualquier modo, otros armamentos fueron puestos en práctica y capturados más tarde por los países aliados.

Entre esas armas había algunas aeronaves como la FW TA-152H, un Caza de reconocimiento capaz de alcanzar una velocidad de 759 k/h. A partir de diciembre de 1944 se llegaron a fabricar unos 150. Desde noviembre de 1942 se construyeron los Cazas He-219 A, poseedores de los primeros asientos eyectables del mundo y con una velocidad de 670 k/h. También estuvieron los primeros Cazas a reacción del planeta, bautizados Me-262, que alcanzaban los 869 k/h y de los cuales se fabricaron unos 1 430 desde julio de 1043.

Entre los cohetes teleguiados se contó con el FZG “Buzz Bomb”, un avión sin piloto que alcanzaba 550 k/h. Estaba además el Reintocher R-1, con una velocidad de 1 000 k/h. Y el A-9/10, un cohete intercontinental semipiloteado que debía alcanzar 10 000 k/h. A éste engendro el piloto lo abandonaba cuando se estuviera cerca del objetivo. La idea que le dio vida fue la de atacar blancos en Norteamérica, principalmente en New York, y también fabricas en la URSS, en los Urales.

Al finalizar la guerra, los especialistas alemanes que pudieron ser capturados fueron trasladados a los Estados unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña y Francia. Allí se reiniciaron los trabajos para perfeccionar estos armamentos.

En el libro: “Treinta Años de Ovnis”, Antonio Ribera cuenta que los nazis contaron con cinco prototipos de platillos volantes creados en algunos laboratorios del X Cuerpo del Ejército de la Wehrmacht. Los trabajos en las naves eran dirigidos por el ingeniero italiano Giuseppe Belluzo, quien declaró en marzo de 1950 que desde 1942 los alemanes trabajaban en una nave discoidal. En ese mismo año el platillo se alzó en un vuelo experimental y alcanzó la velocidad de 1 700 k/h y 20 000 m de altura.

Ribera asegura que los países aliados no pudieron encontrar los prototipos mencionados, los cuales era posible que hubiesen sido transportados en submarinos hacia distintos puntos, como Sudamérica o la Antartida, lugar donde se especula que Adolf Hitler llegó a construir una base secreta.

Ribera menciona además el V-7 o Arma de Represalia No.7, un aparato supersónico con doce turboreactores y radio de 40 000 k/h, surgido en los laboratorios subterráneos del X Cuerpo del Ejército en Breslau. Esta arma fue probada con bastante éxito en el Báltico, y se supone que fue capturado por la URSS.

Un comandante de servicios técnicos de artillería y de las tropas blindadas nazis, nombrado Rudolf Lusar, publicó en 1957 un libro bajo el título: “Armas y Armas Secretas Nazis”, donde cuenta que en 1941 se construyó un disco volante en los talleres alemanes de Praga. El aparato en cuestión contaba con un diámetro de 42 m y era manejado por dos pilotos.

Tajada Voladora, como fue bautizado, se elevó el 14 de febrero de 1945, y alcanzó una altura de 12 000 m en solamente tres minutos, y la velocidad nada despreciable de 2 000 k/h en vuelo horizontal. Los soviéticos se encargaron de destruir los modelos de esta nave, y todo parece indicar que la documentación técnica y sus piezas se encuentran en su poder.

Dado que en la Argentina y Brasil algunos nazis encontraron refugio, allí podrían encontrarse ubicadas las bases secretas de algunos ovnis. De cualquier modo, ninguna de estas historias hasta ahora cuenta con respaldo oficial. Sin embargo, uno debe pensar que si Tajada Voladora fue capaz de hacer semejante proeza en 1941, la historia de la aeronáutica mundial carece de una de sus más importantes páginas, pues oficialmente la barrera del sonido fue rota seis años más tarde.

Y la ufología, ciencia que estudia el fenómeno ovni, debe considerar con mucha seriedad el hecho de que algunos avistamientos efectuados en la segunda mitad del siglo XX puedan ser consecuencia de las naves que los alemanes nazis construyeron en su afán de dominar el mundo.

Los Ovnis invaden la URSS

Por: Maykel Reyes Leyva


Es imposible estudiar el fenómeno ovni sin echar un vistazo a la desaparecida Unión Soviética. Durante mucho tiempo los NLO fueron estudiados por más científicos y autoridades académicas o militares soviéticos que en cualquier otra parte del mundo. Y no en vano.

En 1959 se regó el rumor de que un platillo había estallado sobre Georgia, hallándose un monstruo sin vida en las cercanías. En ese mismo año un diario polaco informó de la caída de un objeto radiante junto al puerto de Gydnia, encontrándose en la playa un ser humanoide vestido con un traje metálico. Según las declaraciones del periódico los órganos y sistemas sanguíneos de la criatura nada tenían que ver con los nuestros, tenía más dedos en las manos y los pies, y cuando murio su cadáver fue llevado a la URSS.

En 1961 ocurrió un hecho insólito. Un avión-correo desapareció misteriosamente en pleno vuelo en Rusia Central. Gracias al informe oficial se sabe que la torre de control captó varias señales extrañas, más la presencia de un ovni justo en el instante en que el avión desaparecía. Como en el filme Encuentro Cercano, de Steven Spielberg, el avión apareció un par de días después, intacto, con combustible suficiente para dos horas más de viaje, pero sin rastro alguno de sus tripulantes. A 100 metros del avión abandonado se encontró un circulo de hierbas quemadas.

En 1956, sobre Groenlandia, un piloto y su cuadrilla vieron un objeto semejante a una pera que voló paralelo a ellos durante una hora. En 1959 unos platillos se tomaron la molestia de permanecer estáticos sobre las plataformas de lanzamiento del Cuartel General del Mando de Cohetes Tácticos de Sverdiovski. Por otra parte, unos expedicionarios que se hallaban en Kazakhstan, observaron un objeto parecido a un lente que, según ellos, poseía un diámetro mayor al de la luna. Tres esferas de color verde que giraban en torno a otra, fueron detectadas por unos astrónomos del Observatorio de Ogre. Otro ovni se vio sobre Odesa, siendo captados también por algunas instalaciones terrestres. Mientras que el director de la Escuela Hidromagnética de Jerson y otros cincuenta testigos, observaron un enorme platillo cuyo diámetro era tres veces superior al del sol.

En 1948, Moscú tuvo el honor de ver objetos alargados y plateados sobrevolando la ciudad. En 1954 y 1955 los ovnis con forma de cigarro aparecieron para luego alejarse a gran velocidad, mientras que en 1959 tres platillos fueron captados por el radar de un aeropuerto y más tarde, perseguidos por Cazas.

Una paracaidista rusa, luego de saltar desde una altura de 9000 metros, fue secuestrada por un platillo y sus tres tripulantes, aparentemente venidos en son de paz, le mostraron nuestro planeta desde el espacio. La paracaídista reapareció tres días después con un estuche que contenía un mensaje de los extraterrestres para las autoridades. Esto fue en 1961.

También en 1961, el 8 de enero, Pravda el Organo del Partido Comunista, publicó una foto donde se podía ver un ovni junto a dos humanoides. La foto había sido tomada desde una estación meteorológica.

Todavía en el año 1961, pero esta vez en Voronezh, a 650 kilómetros al sur de Moscú, los habitantes pudieron contemplar a unos dos kilómetros de altura, un objeto con forma de cigarro que medía aproximadamente 800 metros. Permaneció sin moverse durante bastante tiempo, hasta que comenzó a volverse transparente y desapareció. Casi de inmediato llegaron al lugar unos Cazas, pero al no hallar nada dieron media vuelta y se marcharon. Entonces, el ovni volvió a ser visible. Al hacerlo, lanzó una llamarada, ascendió verticalmente y se perdió en la lejanía. Por esos días, varios platillos (uno de ellos de gran tamaño) pasaron sobre una batería de cohetes, deteniendo de modo inexplicable todos los aparatos eléctricos de la base. Esto ocurrió a 150 kilómetros de Moscú. Todo volvió a la normalidad en cuanto los platillos se alejaron.

Pero aquí no termina todo. En el año 1976 la prensa rusa hizo alarde de buena imaginación. Solamente en ese año se habló de tentaculos fosforecentes que tomaban muestras de plantas, un ovni avereado en las cercanías de Tachkent, la aparición más tarde de un hombre diminuto, con la piel grisácea, sin orejas y muerto, y hasta un insecto del tamaño de un hombre que antes de morir se expresaba con una melodía.

El 19 de agosto de 1977, tres científicos que se hallaban acampados cerca de Serpukhov, vieron aterrizar un foco de luz de color violeta que poco después desapareció envuelto en una nube fluorescente. Los científicos aseguraron que habían sido despertados por voces muy fuertes en un idioma no conocido. En el lugar de los hechos se encontró una depresión circular de unos cinco metros de diámetro.

Los ovnis que durante mucho tiempo intrigaron a la URSS nunca tuvieron una respuesta satisfactoria. Y ahora que aquella gran potencia sólo es una hoja a merced del viento, gracias al complejo caos que se adueñó de ella, tal vez los ovnis terminen siendo no más que una leyenda.

¿Ovnis en la mitología cubana?

Por: Maykel Reyes Leyva


En muchas partes del mundo los ovnis han terminado siendo parte de la cotidianidad. Países tales como España, Estados Unidos, Chile y México parecen haberse convertido en la Meca de los objetos voladores no identificados. Y lejos de lo que pueda pensarse, Cuba no se queda atrás.

La noche anterior al primer día de la Conquista, es decir, el 11 de octubre de 1492, el Almirante Cristóbal Colón y otros marinos que se hallaban en el castillo de popa, hubieron de observar, a eso de las diez de la noche, una luz que se alzaba y bajaba rítmicamente y que se mantenía justo delante de ellos, la cual confundieron con un indicio de que había tierra cerca y enfilaron hacia la ella las carabelas. Lo curioso es que a esa hora las naves debieron encontrarse a unos 30 ó 40 millas de tierra, por lo que resulta improbable que haya sido el fulgor de alguna fogata. Incluso, ni el Almirante ni ninguno de los marinos que pudieron observar la inquieta luminosidad pudieron asegurar que se tratara de fuego, a pesar de estar acostumbrados a mirar e identificar objetos durante las noches de travesía por mar.

También a finales del año 1800, el investigador Alejandro von Humbold (alemán, 1769-1859) hubo de divisar, en las costas pinareñas, un arco de colores de aspecto opaco. Este fenómeno se mantuvo estático durante varios minutos y luego se hundió paulatinamente en el horizonte. La noche siguiente vio una llama que corrió sobre la superficie del mar, alejándose sin dejar de iluminar la atmósfera.

Así ha quedado registrado en los diarios de estas dos ilustres personalidades, hechos que nos indican que esas luces en el cielo que hemos dado en llamar ovnis, nos visitan desde el pasado.

Otros indicios que señalan la presencia de los no identificados en nuestro territorio, podemos encontrarlos en el libro “Mitología Cubana” del desaparecido investigador y narrador Samuel Feijóo.

La mayoría de las veces, los ovnis son descritos por los supuestos testigos como luces parpadeantes moviéndose en el cielo. La cuestión es que los campesinos analfabetos que solían habitar nuestros campos, al ver estas luces, podían dar riendas sueltas a su imaginación y crear, de ese modo, disímiles mitos que perdurarían en la memoria de sus descendientes. Si hacemos una revisión a estos mitos y extraemos lo esencial, descubriremos el posible paso de varios objetos volantes no identificados por la isla verde. Veamos:

Un pescador de Baracoa nombrado Pablo Raffo es entrevistado con relación a la famosa y misteriosa Luz de Yara, la que, según él, solía “partirse en tres partes iguales, pero en distintos colores...”. Estos colores eran el verde, el azul y el amarillo. La luz aparecía generalmente durante la madrugada y el pescador nos cuenta al hablar de ella: “Una vez en el pesquero llamado Punta de Matahambre la ví tan cerca que tuve mucho temor. Vimos con su luz hasta los placeres de la costa”.

Otro testigo de dichas apariciones fue el entrevistado Ramón Barthelomy. Éste habla de algo que muy bien podría tratarse de una nave nodriza acompañada de sus naves hijas. Dice el testigo: “Una de esas noches vi una luz enorme que se levantaba de los picachos de Yara. Luego se hizo muchas luces, caminando desde dicha loma hasta la ensenada del río Miel. Poco a poco se apagaron unas cuantas y las demás se fueron acercando a la más alta y se hicieron nuevamente una luz gigante que volvió al lugar de su nacimiento y allí se apagó”.

Esta no fue la única vez que Ramón vio las luces en el cielo, por ese motivo nos dice más adelante: “Otras veces la vi con menos reflejos, pero siempre llevando direcciones semejantes y terminando en el lugar de su nacimiento”.

Otro pescador nombrado Amado Cala nos asegura: “Eso no hace nada malo, no se mete con nadie. A veces la he visto una hora andando por la costa y después se va pal mar y se parte en muchos pedazos”. Leoncio Fuentes, también hombre de mar, dice lo suyo: “Yo la he visto: corre, se para. Brinca por la costa. Hay en la costa pescadores que la han visto y me han contado que se pone a rondarlos. Ellos están acostumbrados a eso; para ellos eso es nada”.

El carnicero Marcelo Terrero describe la luz del siguiente modo: “Estaba en cantidad de grande, del tamaño de un tanque. Era roja. Era un rojo veteado encendido. Estaba quieta totalmente. Era como una cosa como si estuviera viva, que se agitaba...”

Juan Fernández cuenta sobre el mismo tema: “Yo la veía; era colorada como un farol. Nacía en la meseta y venía volando y se posaba en el mar. Caminaba de un lado a otro, luego se pasaba a la playa y se corría hasta los arrecifes. A veces se veía en la luz un hombre. Yo también lo ví y por eso se lo digo. La luz se dividía en varios pedazos y éstos corrían de un lado a otro toda esta zona de Yara”.

El profesor Silvio de la Torre, de la Universidad de Las Villas, vio una luz mientras hacía una guardia nocturna. “La luz llegó donde yo estaba, en pleno aire libre, y bajó y me iluminó desde arriba. Me quedé quieto observando aquel fenómeno. Entonces miré hacia arriba y la luz desapareció”. El testigo termina confesando: “Yo nunca me he explicado bien eso, su composición química o eléctrica. No sé su origen, pero es muy impresionante. Y supongo que debe originar muchos mitos entre los campesinos”.

Por último, está el relato del campesino Modesto Cabrera, quien por lo que cuenta, no sólo vio al ovni sino también a su tripulante: “(...) en el tronco de una palma vi una luz verde, y me quedé allí parado mirando aquello (...) La luz despareció y quedó recostado a la palma un tremendo bicharraco, aquello era un camaleón, una iguana, un cocodrilo, ¡qué se yo...! (...) Era de mi tamaño y tenía piernas y brazos como un hombre. Las uñas eran unas espuelas muy largas y movía el rabo de un lado a otro con mucha tranquilidad”. El campesino, entre sorprendido y asustado, salió corriendo para regresar armado de un cuchillo, pero el extraño ser se escondió tras la palma. “Nada más se le veían las manos. Yo le daba vueltas a la palma, y él también porque me estaba jugando cabeza. Entonces dio cuatro saltos y se subió en el cogollo”. La historia termina así: “Otra vez volví a ver la luz, ahora sobre la palma, y era más grande y más clara. Cuando se apagó, el bicho no estaba...”

Las naves del pasado

Por MAYKEL REYES LEYVA


Pero no sólo las tradiciones orales se refieren a estos aparatos aéreos. El escritor ruso V. Avinski en su trabajo investigativo titulado: “¿Quién, cómo y para qué erigió Baalbek?”, hace mención, a su vez, a un libro del historiador M. Alouf donde aparece una historia extraída de un antiguo manuscrito árabe, en la que se cuenta que el legendario Nemrod, quien fundó el reino de Babilonia, quería llegar al cielo. Para ello construyó una máquina que sólo se ponía en movimiento al ser halada por cuatro fuertes aves. Nemrod pretendía llegar a los dioses y decidió hacerlo desde la terraza de Baalbek. La máquina en cuestión subió al cielo, pero luego de errar por el espacio cayó en el monte Hemrón, donde fue sepultado más tarde el destrozado cuerpo del monarca.

1 200 años antes de que el profeta Moisés oyera hablar al dios Jehová o Yavé sobre la necesidad de construir un Tabernáculo, el sumerio Gudea, procedente de la ciudad Lagash, tenía registradas minuciosamente ciertas instrucciones divinas para edificar el templo donde debería aterrizar y descansar el ave luminosa del dios patrón. En la actualidad, diversos investigadores discuten la posibilidad de que las palabras templo o tabernáculo hayan querido decir pistas de aterrizaje para artefactos espaciales.

El historiador griego Herodoto (485-420 a.n.e.), considerado el Padre de la Historia, llegó a visitar Egipto en el año 450 antes de J.C. En uno de sus escritos Herodoto hace saber que los más antiguos habitantes de aquel rincón africano habían llegado de un lugar procedente del espacio. (No olvidemos que el Homo-Sapiens también proviene del África).

En el libro El Triángulo de las Bermudas, Charles Berlitz nos hace saber un par de datos bastante interesantes: “Alejandro el Grande, que era a su vez un conocedor eminente del arte de la guerra, comparó un posible OVNI, que en 320 A.C. interrumpió la marcha del ejército griego por el río Jaxartes hacia la India, con “grandes escudos plateados”.

“Aristóteles (384-322 a.C.), aficionado al lanzamiento de discos de los atletas griegos, calificó los objetos que vio en el cielo de discos celestiales. Los romanos, más belicosos, los compararon como Alejandro, con escudos o dardos feroces o flotas de navíos. Plinio, en el volumen II de su Historia natural (100 A.C.), escribió: “Durante el consulado de Lucius Valerius y Gaius Valerius, un escudo ardiente que despedía chispas recorrió el cielo de Este a Oeste”.

“Los hawaianos describen los objetos que han estado observando durante unos mil años como “akutele” o espíritus voladores. En Europa, durante la religiosa Edad Media, los objetos movibles que aparecían en el cielo durante la noche se asemejaban a cruces. (¿Será posible que ésta haya sido una de las cruces vistas por Constantino y que cambió la historia?)”.

En el prólogo a una de las ediciones de La Guerra de los Mundos de H. G. Wells, el escritor cubano Oscar Hurtado nos cuenta que en enero de 1953, el profesor A. X. Chumley descubrió un manuscrito en la Abadía de Amplefort, donde se narra un hecho ocurrido en la Abadía de Byland, en Yorkshire, en 1290. Al traducir el manuscrito del latín nos queda el siguiente relato: “Cuando el Abad Enrique se disponía a la bendición, Juan, uno de los hermanos, vino para anunciar que un gran prodigio se manifestaba en el exterior. Entonces todos salieron y he aquí que una gran cosa plateada y redonda como un disco volaba lentamente por encima de ellos, provocando un gran terror”.

Anubis Schenuda fue capaz de traducir un papiro egipcio donde se nos cuenta que al cesar el diluvio las serpientes que volvieron del cielo hicieron la paz con la quinta raza de los hombres. Esta alusión a las serpientes del papiro egipcio hace recordar al dios Quetzalcoatl de las leyendas americanas.

En el Popol Vuh de los quichés se hace mención a un Creador y Formador Supremo, un Dios capaz de engendrar y dar el ser. Se le denominaba con epítetos diferentes, desde Corazón del mar hasta Señor del planisferio que verdea, pero quizás la denominación más conocida en la actualidad y la única que encierra un misterio deslumbrante es la de Serpiente cubierta de plumas. ¿Por qué?

La serpiente, como buen ofidio al fin, se arrastra. Sin embargo, la del Popol Vuh estaba cubierta de plumas. ¿Acaso este dios centroamericano que evidentemente tenía el aspecto de serpiente, poseía, además, la facultad de volar como las aves?

A diferencia de Yavé (o Jehová), dios de los hebreos, que, según la Biblia, no tuvo progenitores pues siempre estuvo ahí, el dios de los quichés poseía abuelos. Se nombraban Xpiyacoc y Xmucané (Conservador y Protectora, dos veces abuelo, dos veces abuela). Si poseía abuelos, lo lógico sería pensar que también tuvo padres. Y si éstos existían, también cabe la posibilidad de que existieran millones de serpientes emplumadas más, es decir, toda una civilización. El Popol Vuh, en más de una ocasión, menciona a los Creadores, en plural, lo cual indica, a mi entender, que Serpiente cubierta de plumas no vino solo a este lugar inhóspito. Bartolomé de las Casas señala que al llegar los conquistadores, los quichés adoraban a los abuelos, incluso desde antes del diluvio, y se mantuvieron adorándolos bajo esos nombres hasta que se les apareció una anciana que se suponía inspirada y les enseñó otro nombre, pero nunca se supo cuál. Se imponen las siguientes preguntas: ¿Serpiente cubierta de plumas vino a este planeta acompañado de algún pariente? Entonces, ¿por qué el Popol Vuh no habla de las Serpientes cubiertas de plumas? ¿Los Creadores tendrían, por ende, una apariencia distinta? ¿Vinieron todos volando por su propia cuenta, como las aves, o usaron vehículos aéreos capaces de atravesar el Universo?

Examinando el Génesis de los quichés se encuentran exposiciones de este tipo: “Todo estaba suspenso, todo en calma y silencioso; todo estaba inmóvil, pacífico y vacío en la inmensidad de los cielos...” Esta es la visión que cualquier criatura mortal e inteligente tiene del Cosmos. Lo cual quiere decir que estamos viendo el Cosmos no a través de los ojos de un Dios. ¿Es que acaso, a pesar de que se sabe que todo en el Universo se encuentra en constante movimiento, no da la impresión de que en verdad está inmóvil y vacío? ¿Acaso un Dios verdadero reconocería su pequeñez en frases tales como la inmensidad de los cielos, cuando se supone que ese mismo cielo fue creado por Él?

Luego se habla del planeta Tierra, quien parece estar formándose aún: “No se manifestaba aún la Tierra; sólo estaba el mar tranquilo, y el espacio de los cielos”. Éste es el comentario de alguien que ha visto el mundo desde el aire. Pero, ¿cómo? ¿Es posible que el Dios de los quichés, en realidad, pudiera volar no sólo por su propia cuenta, sino también gracias a la ayuda de algún vehículo artificial?

¿Y por qué no?

En un fragmento del mismo Génesis se señala: “No había más que inmovilidad y silencio en las tinieblas, en la noche. Sólo están sobre el agua, como una luz que va creciendo, el Creador, el Formador, la Serpiente cubierta de plumas...” Y he aquí el detalle: “la luz que va creciendo...” En ningún otro fragmento del Génesis del Popol Vuh se habla de que el Dios principal (o alguno de los que lo acompañaban) emitiese luz como un ente luminoso. Este símil se usa para otorgarle cierta dosis de grandiosidad a los dioses, pero queda claro que como una luz que va creciendo da a entender que no eran ellos quienes la emanaban. Sin embargo, si esa luz fuese producida por la nave aérea que los condujo hasta aquí, todo adquiere un color más diáfano. Al fin de cuentas, aquellos que supuestamente han visto objetos voladores no identificados en las proximidades del mar, también mencionan esta luz y su reflejo en el agua.

En el Mahabharata, escrito hace más de 3 500 años y compuesto por más de 200 000 versos, se narran hechos ocurridos miles de años antes. En el 1880, cuando se pudo leer y estudiar una de las traducciones realizadas a este libro, se encontraron alusiones a las vimanas (naves aéreas), junto con instrucciones de cómo se podían accionar y el modo de reconocer aviones enemigos. Se hacía, además, alusión a carruajes de dos pisos poseedores de muchas ventanas, que proyectaban llamaradas rojas y que se trasladaban como cometas a las regiones del cielo y las estrellas. Incluso se puede leer sobre el choque de dos cohetes en el aire: “... Las dos armas se encontraron en pleno vuelo. Luego, la Tierra con todas sus montañas y mares comenzó a temblar, y todas las criaturas vivas sintieron el calor de la energía de las armas y se vieron grandemente afectadas. Los cielos resplandecieron y los diez puntos del horizonte se llenaron de humo...”

En una carta localizada en la Biblioteca Lenin hace varios años atrás, se hace referencia a un fenómeno inusual ocurrido en el siglo XVI. Cientos de habitantes de una pequeña aldea cerca de Nóvgorod, en la orilla del lago Rob, presenciaron, a plena luz del día, un globo ígneo que emitía un par de rayos brillosos. El globo descendió con rapidez provocando terror entre los testigos, para quedar luego flotando a poca distancia del agua, y se desplazó lentamente a todo lo largo del lago. Según la carta, el extraño objeto desapareció varias veces para surgir a cientos de metros a la izquierda o a la derecha. Al cabo, el globo se aproximó a la costa, donde se hallaban reunidos los temerosos habitantes de la aldea. Algunos curiosos remaron en un bote a su encuentro, aunque no lograron acercarse demasiado a consecuencia del calor que despedía. Consiguieron seguirlo durante un rato, mientras cubrían sus ojos con las manos. Incluso pudieron ver cómo el agua comenzaba a hervir. Al final, la bola desapareció en dirección oeste.

En investigaciones realizadas siglos después, se comprobó que existían anomalías magnéticas allí por donde el globo trazó su trayectoria. Se ha llegado a la conclusión que su luz no conseguía deslumbrar a las personas, ya que pudieron observar la fuga de los peces. Por otra parte, dada la temperatura máxima que el ojo humano puede soportar, se afirma que la temperatura en la superficie del globo era cercana a los mil seiscientos grados celsios.

En Mesopotamia los sumerios también hablaban de los dioses bajados del cielo. En las antiguas tablillas se nos cuenta que estos seres celestes acostumbraban a usar complejos atuendos cuando llevaban a cabo vuelos desde una localidad a otra o hacia sus moradas en el espacio.

Mucho se ha discutido sobre si en el pasado hemos sido o no visitados por seres de otros planetas. Otro tanto se ha hecho en cuanto a la forma en que tenían las naves extraterrestres. Aunque algunos se inclinan hacia los platillos voladores, el escritor soviético Alexander Kazántsev considera que fuimos visitados no en platillos voladores, sino en cohetes. En varias ocasiones ha llamado la atención sobre el enorme parecido existente entre los campanarios de las iglesias y las actuales naves espaciales. Según su opinión, los campanarios, las torres y hasta los faros, son un testimonio de esas visitas porque parecen cohetes. Algo sobre lo que se puede discutir bastante, por cierto.